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Maya y Alex, después de años de vida nómada, eligen París. Descubre su viaje, desafíos y lugares favoritos en la Ciudad de la Luz

En el cálido entorno del café Les Petites Indécises, a pocos pasos de su escuela, nos encontramos con Maya y Alex, una pareja de artistas cuya cautivadora historia narra una audaz transición del nomadismo a una nueva vida en París. Maya, una ex actriz convertida en desarrolladora web, y Alex, un cantante de ópera especializado en música barroca, comparten con nosotros su amor por la capital francesa, las razones detrás de su elección, y los pequeños desafíos cotidianos que enfrentan en su nueva vida parisina.

Después de cuatro años de nomadismo a través de América y Europa, ¿por qué eligieron Francia, Maya y Alex?

Maya: “Francia no era una elección obvia al principio. La primera vez que vine aquí, tenía 22 años y fue para visitar a un amigo. En ese momento, Francia no me atraía particularmente. Pero después de esa estancia, me enamoré completamente. Es un país que, de una forma u otra, se te mete bajo la piel.”

Alex: “Para mí, la conexión con Francia se remonta a mi infancia. Pasé mi noveno cumpleaños en Burdeos, y aun años después, esos recuerdos siguen intactos. Mi madre, que es lingüista, me enseñó algunas frases en francés para las pequeñas interacciones cotidianas. Fue un verdadero placer para mí usarlas.”

¿Por qué París en lugar de Burdeos u otra ciudad, Maya y Alex?

Maya: “Siempre me ha atraído la energía de las grandes ciudades, y París tiene ese algo que recuerda a Nueva York, una ciudad en la que vivimos durante años. Lo que me encanta aquí es la riqueza cultural, la posibilidad de descubrir obras de arte únicas en cada esquina. En Estados Unidos, existe la idea de que el arte y la cultura son privilegios de las élites, pero en París, la cultura es para todos.”

Alex: “París tiene esta cualidad mágica de ser a la vez inmensa y accesible. Hemos vivido en Nueva York y Los Ángeles, dos ciudades donde todo parece estar lejos. Aquí, es diferente; puedes caminar a cualquier parte, y siempre hay algo nuevo por descubrir, ya sea un museo, un monumento, o simplemente un barrio que aún no habíamos explorado.”

Maya: “Y luego está la escena culinaria, que es increíble. Los restaurantes, los bares, es una verdadera exploración en sí misma. Y lo que realmente me sorprendió fue la amabilidad de los parisinos. Contrariamente a los estereotipos, son curiosos y abiertos. Quieren comprender las diferencias culturales e intercambiar ideas.”

Alex: “Obviamente, hay ciertos códigos que conocer, como en Nueva York. Aquí, el idioma es más que un simple medio de comunicación; es un verdadero puente hacia la cultura. Hacer el esfuerzo de hablar francés abre muchas puertas.”

¿Cuáles son los aspectos más difíciles de la vida parisina según ustedes, Maya y Alex?

Maya: “Vivir en un país donde no dominas perfectamente el idioma es un desafío cotidiano. Por ejemplo, quería hacer arreglar un pantalón, y no conocer la palabra exacta hizo la tarea más complicada. Son esas pequeñas cosas del día a día las que nos recuerdan constantemente que somos extranjeros.”

Alex: “Y luego está el famoso tema de la limpieza de las calles… ¡La caca de perro por todas partes, es bastante impactante!”

Maya: “¿Ese es tu gran problema en París? (ríe). ¡Entonces no está tan mal! Pero en serio, es cierto que esos pequeños detalles nos recuerdan que aún no estamos completamente aclimatados.”

Alex: “Estoy bromeando, por supuesto, pero en verdad, incluso después de varios meses aquí, todavía hay un sentimiento de extrañeza. París es una ciudad inmensa, pero siempre hay ese ‘velo’ para mí, debido en gran parte al idioma. A veces, todavía nos sentimos un poco fuera de lugar, como si estuviéramos observando la vida parisina a través de una ventana.”

¿Cuáles son sus lugares favoritos en París?

Maya: “La Place des Vosges es uno de nuestros refugios favoritos. Sí, es un cliché, pero hay algo mágico en este lugar, especialmente cuando no hay mucha gente. Realmente se puede sentir el ritmo relajante de la ciudad allí.”

Alex: “El Museo de Orsay tiene un lugar especial en mi corazón. Tuve la suerte de participar en recitales allí, y fue increíble poder disfrutar del museo en un día de cierre. Es un lugar donde el arte cobra toda su dimensión.”

Maya: “En cuanto a la gastronomía, Le Rigodon, un restaurante en el distrito 11, es uno de nuestros favoritos. El chef es estadounidense, el camarero es francés, y el ambiente es cálido y acogedor. Para un poco de cambio, también nos encanta La Drogheria Italiana, una tienda de comestibles italiana donde los productos son deliciosos y la gente es adorable.”

La historia de Maya y Alex es un testimonio vibrante de la atracción que París ejerce sobre los artistas de todo el mundo. Su transición del nomadismo a una vida más estable en la capital francesa muestra hasta qué punto esta ciudad puede convertirse en un hogar, incluso para aquellos que vienen de lejos. Con sus desafíos y sus descubrimientos, París es para ellos un terreno de exploración sin fin. Sigan sus aventuras para ver cómo continúan integrándose y evolucionando en esta ciudad que, como ellos, está en constante cambio.

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